Ya sabeis pasadlo como podais , intentad no pecar de gula y nos vemos el año que viene.
Te gusta mi país Sergio? – me dice la voz robótica del traductor de bolsillo de Yurika, la chica del burdel.
Asiento mientras vamos dejando atrás restos de civilización para adéntrarnos en tierra medio virgen. Miro por la ventana. El paisaje no es muy diferente al del norte de Europa. Dejamos atrás el monte Fuji y vamos en el Shinkansen a toda hostia.
Mi cara está hinchada, me tiran los puntos en el labio y las costillas me duelen cuando respiro. Su piel es tan suave, no sé, como que le gusto. Seguro que su interés se ira disipando de manera directamente proporcional a la cantidad de dinero que me quede…pero ese es uno de los aspectos de esta relación comercial con la que no tengo ningún problema. Al menos no te llevas a engaños.
Paso mi brazo por detrás de su espalda mientras busco el elástico de sus braguitas que dibujan la forma de su cachete, y lo sigo con las yemas de mis dedos. Ella me da un beso largo y se apoya en mis costillas. El labio duele, las costillas más.
Sobre la repisa de la ventana he colocado a mi pato amado y a su compañero el pollito. A veces tengo la extraña sensación de que me mira, que no es un ser
inerte, creo que tiene vida propia.
- Quiero que veas donde trabaja mi familia - Yurika y su voz metálica otra vez. Me pongo la función Ingles/Japonés – No sabía que tenias familia en Osaka.
- Mi padre es un científico muy famoso que se dedica a la ingeniería genética –¡Que interesante! - Nos pasamos el traductor simultaneo cómo si de un bloc
de notas se tratase. Así me entero de que ella dejó su hogar al poco de morir su madre. Que su padre no tenía tiempo para ella. Estudió arte dramático y perdió su virginidad con el padre de una amiga, del que se quedo embarazada y del que abortó a la tierna edad de 14 años. Gran escándalo. La echaron del colegio, su padre estaba fuera de Japón en aquel tiempo, así que no se entero de nada. También supe cómo luego fué a una audición para lo que resultó ser
una película porno. Digamos que se enamoró del director y acabó siendo una
estrella menor del género, hasta que el director se cansó de su cuerpo y la dejó en la calle. Se asoció con su amiga y se dedicaron a montar numeritos para viajantes de paso y turistas. Su padre sigue mandándole dinero. Aun cree que ella está estudiando.
-¿Hace cuánto que no ves a tu padre?
- Desde hace más de tres años. Hablo con él por teléfono de vez en cuando, pero la verdad es que nos hemos distanciado bastante.
- ¿Cómo se llama?
- Noburo Hokusai.
¡Pato, pato, ese es al hombre al que tenemos que ver!
– ¿Qué? – Ese es el hombre que organiza lo del Templo del Pato.
- ¿Cómo sabes tanto pollo?
– No sé, son como destellos de conocimiento que llegan a mí desde los archivos escondidos del Nepal, creo - Pato mira al pollo con desconfianza.
- No seas fantasma pollo, dime la verdad. - Bueno, lo oí en la radio de la juguetería.
- ¡Qué casualidad! ¿no? - Te podría decir que nada es casualidad, que todo está escrito… – Sí, vale, gracias pollo, ya sé… el universo y sus misterios.
- Pollo asiente y añade un 'Exacto' un poco seco. Los dos se quedan callados.
- Pato?
– ¿Si?
– Llevamos un montón de horas juntos y no sé cómo te llamas?
– Me llamo Cuadrado, Cua para los amigos. Nacido el 9 de Junio de 1986.
Mientras Ralf Schule ve el holocausto sumergido en su sueño narcotico, la sintonia de su programa de television favorito, esta presente en todo momento.
Esa musica que le recordaba que tenia que acostarse
Como cuando niño el se hacia el dormido frente al televisor para que su madre le llevase a la cama y le arropase. Download file
Una sustancia viscosa y negra lo cubre todo, no permite que me mueva.
Estoy sepultado en un sueño eterno, estoy suspendido en el plasma que es mi memoria.
Las imágenes se repiten frente a mí, camiones llenos de patos de juguete son transportados hacia un hangar mimetizado. Una voz en off resuena en mis oídos. El Maestro Hokusai se encarga de repetirme que hay cosas que es mejor no saber de ellas". Un cubo de Rubik gigante palpita, esperando a que me acople a él.
Rememoro el momento en que creé al pato, cómo le dí volumen. Primero sobre el papel, luego en barro. De cómo me convertí en Dios Padre todopoderoso y por lo tanto tú, pato, mi hijo, en el Mesías de una raza plástica.
El destino me ha colocado aquí,en el momento exacto, en el punto justo, así de simple.
Desamparados, una montaña de patos de toda clase y pelaje me miran con sus ojitos, implorando misericordia. Alguien dá un botón rojo y todas esas caritas se funden en una gran llamarada. Ha comenzado el Holocausto palmípedo y no hay nada que yo pueda hacer.
¿Dónde estoy? Oh, joder me duele la cabeza!
¿Quienes son estas? Oh Dios, oh Dios
.
Sergio vomita sobre el pato y el pollo que están tirados junto a sus zapatos.
- Perdón, perdón Sergio lo limpia con algo que parece una braga.
Una de las chicas empieza a gritar como una loca y a golpearle en la espalda.
- Creo que te has metido en un buen lío, amiguito - dice el pollito místico. - Parece que no le ha hecho ninguna gracia que utilice su ropa interior como bayeta. Ni a mí - dice el pato asqueado.
Sergio se la quita de en medio de un cachete. Ella se queda sorprendida y sin previo aviso le lanza una patada en la entrepierna. A continuación llama a los encargados del burdel.
Sergio, en el suelo, se retuerce de dolor. Los de seguridad son dos tipos grandes y cabreados sin razón. Los esteroides, supongo. Le cogen de la pechera, le zarandean un poco, y le echan del local por la puerta de atrás. Antes de dejarle irse le patean de lo lindo, le dicen cosas incomprensibles. Sergio coge la indirecta no vuelvas.
A todo esto, le han quitado todas las tarjetas y el dinero que llevaba encima.
A su lado la otra chica le ayuda levantarse.
- Necesito ir al hotel. En cuanto llegue, podré al menos cambiarme de ropa y cancelar mis tarjetas. La chica asiente, pero no entiende.
Es posible que no le dejen ni entrar con esa facha, pero quien sabe.
Cogen un taxi, que les lleva directamente al hotel.
Una vez allí se topa con sus compañeros que esperan con sus bolsos de la agencia de viajes y recién duchados, listos para que el guía les guíe.
Sangre medio seca surca su cara, la ropa rota y una adolescente vestida de uniforme haciendole de bastón.
Algunos le miran con una mezcla de envidia y desprecio cuando le ven entrar, pero nadie se atreve a dirijirle la palabra. Comprensible.
Pide su llave y desaparece por el corredor. Todos le siguen con la mirada boquiabiertos, hasta que Sergio, con el párpado inflamado, lanza un sonoro gargajo a sus pies y les mira desafiante. El ascensor resopla, se cierra el acero.
La chica le ríe las gracias. Le dice ¡Loco, loco! - girando su índice a la altura de su sien y sacando la lengua hacia un lado. Sergio hace un intento de reir, pero un dolor agudo en las costillas le hace cambiar de opinión.
-¿Te apetece ir a Osaka?- le dice a la chica -¿Osaka?- Sergio asiente. Ella da unos saltitos y aplaude mientras emite un gritito.
Pollito Místico se vuelve a mí y me giña el ojo.