Pato de Pico Cuadrado

El Templo Del Pato

Sobre la moqueta rosa yazco inerte. Junto a mí un pollito de goma con la mirada perdida no dice ni pío. Está en estado de shock, y no es para menos, le tocó la peor parte de la fiesta que montó Sergio ayer noche. Basta decir que conoció a esas dos chicas a fondo.
La comunicación es difícil porque siendo pato no controlo el dialecto pollo, pero intento calmarle con mis cuacks. Le pregunto su nombre y me dice que se llama Yoshi. Tembloroso se acerca a mí y me mira de arriba abajo: –Tú no eres japonés. - Ya, mira, he sido fabricado en Alemania - Me giro para mostrarle mi numero de serie.
Yoshi asiente y me dice - ¿Qué haces aquí, tan lejos de Alemania?
–Eso no depende de mí -, y dirijo la mirada hacia la cama donde Sergio duerme junto a las dos chicas, con las piernas enlazadas. La cara redonda de Yoshi cambia rápidamente.
– ¡Le odio! Cerdo asqueroso!
– No sé si sirve de algo, pero digamos que esta nochecita no le va a salir nada barata, y por alguna razón el dinero a esta gente les preocupa mucho.
–¿Cómo dejas que te degrade así? –¿Qué quieres que haga? Soy un juguete y no hay mucho que pueda hacer siendo un objeto plástico.
–Porque no soy pato, que si no yo sé donde me iría.
–¿A dónde?
–Hay un rumor circulando acerca de un sitio donde están recogiendo a todos los patos de juguete que hay en Japón, les dan un hogar y les tratan como reyes. Está en Osaka y lo llaman el Templo del Pato.
–¿Por qué hacen eso?
–Sólo sé que recogen a todos los patos, nuevos o usados, grandes o pequeños, de plástico o de felpa, de madera o de goma.
–Me encantaría echarle un vistazo a ese templo.

Osaka. La mañana siguiente a la cena con mi maestro. Todavía intento digerir lo que me dijo anoche sobre sus planes de cambiar el mundo. Me dió miedo su brillo en los ojos. Es pasión por su trabajo, lo sé, pero ¿quién me dice que no es una pasión desmedida y de viejo demente?
No hay duda de que talento y apoyo económico es lo necesario para una empresa de esta envergadura, y él ya tiene ambos.

Me distrae el sonido de varios camiones de gran tonelaje. El maestro esta allí, dando ordenes. Al verme me dice con un gesto violento que me vaya, que no hay nada que ver.

- ¿Y cómo hago para convencer a Sergio de ir a Osaka?
- Sólo hay una manera, mientras duermen, se les puede convencer de cualquier cosa.
- ¿Cómo sabes tanto, pollo, siendo tan joven y de goma?
- Soy un Lama reencarnado - dijo muy serio, juntando sus alitas.
- ¿Cuack?
- Algo salió mal y mi alma apareció en el receptor equivocado. Podría haber sido peor, podría haberme reencarnado en un dildo y como experiencia la de esta noche pasada me vale, imaginate hacer de minero día si, día no.
- Vaya, me has dejado de piedra. Siempre pensé que os reencarnabais en niños andaluces. Entonces dónde están todos los monjes que se supone que encuentran al Lama en sus reencarnaciones para llevarlos de vuelta al Tibet?
- ¡Eso me pregunto yo! Supongo que suficiente tienen ya los pobres con los Chinos dándole la lata como para que encima ahora tengan que hacer de cabeza visible de su religión a un pollito de goma.
- Entiendo.
- ¿Convencemos a ésto a darse un viaje por Osaka pues?
- Venga. ¿Qué hay que hacer?
- Tú acércate a su oído y dile…..

¿Por qué tengo queirme, maestro? ¿Tiene que ver con lo que hablamos ayer?
Vete insensato, no entiendes nada, es por tu propio bien, hay cosas que es mejor no saber de ellas.
Dos guardias jurados me llevan apretándome fuerte en puntos estratégicos que me impiden moverme del dolor.
Logro ver como se caen ciertos objetos del camión. Son patos de juguete. Los camiones deben de estar llenos de ellos, ¿para qué?
Me montan en un coche eléctrico y desparecemos por un camino mientras siento un pinchazo. Para mí se apagan las luces.

SAYONARA SUCKERS!

En la penumbra del avión sólo veo cabezas que intentan acomodarse. Es gracioso como la gente se ve más desgastada a medida que las horas pasan; aquellos que hincharon sus cojines ajustan y reajustan la postura igual que los que no la tienen, no se dan cuenta que pasadas unas horas los cojines hinchables no sirven de gran cosa.
Casi puedo sentir mi barba crecer. Es tan extraño ver como vas a favor del sol y se hace de día de nuevo, pero esos pelos en tu cara te recuerdan que llevas un montón de tiempo encerrado en un aerobús.
Viajar ha dejado de ser esa aventura exclusivamente para millonarios, así que muchas veces no entiendo porque estas aeromozas, como bien dicen los Mexicanos, son tan altivas. Servir cafés y comida no es lo mas glamoroso del mundo aunque se haga a diez mil metros de altura. Todas con su moreno al turbo-uva, no engañan a nadie, sabemos que no han estado de vacaciones en ningún lugar exótico. Los niveles de belleza también han bajado, digamos que no son el 1.70 y figura de modelo que se les pedía antes.
Aun así no puedo evitar mirarles andar con sus uniformes y percibir su fragancia a jabón intimo. Me gusta. Ellas me miran con desprecio al ver que tengo la mano metida en el bolsillo. ¡Que sabréis vosotras, putas engreídas! !Lo que tengo entre manos no es mi pene, es mi pato!
He sido precavido y he ido a por un viaje sin problemas, todo preparado desde casa. Me vienen a recoger al aeropuerto, y además de una sonrisa me dan una bolsa de la agencia de viajes. Reservé una habitación en un lujoso hotel de 5 estrellas. He decidido tirar la casa por la ventana. Llevo ahorrando algún tiempo para no cortarme en Japón, no quiero que el dinero sea problema, eso es lo más importante para disfrutar de unas vacaciones.
He decidido darme un baño. El jet lag me ha hinchado los tobillos y tengo los ojos rojos. Me quedo dormido hasta que el agua esta helada, el pato flota conmigo, le beso mucho, lo hago desaparecer bajo el agua y cierro los ojos. Me das tanto placer patito.

Me pongo el albornoz del hotel y abro la nevera donde un bote de quicos y una botella de sake me esperan. Me arreglo y salgo a explorar la calles de Tokio. Bueno explorar explorar, digamos que hay un guía en el hall del hotel esperándonos.
Primero vamos a un restaurante donde nos deleitarán con unos platillos autóctonos. “No preguntes qué es.. cómetelo”, es mi filosofía en este viaje. No quiero resultar grosero a estas buenas gentes de sonrisa eterna.
Mis compañeros no merecen mención, de hecho, después de un rato decido perderme del grupo y visitar la ciudad por mi sólo, ya un poco chispa.
He oído hablar de los prostíbulos japoneses, de los hoteles en forma de panal, de las máquinas expendedoras de bragas usadas por adolescentes, de un agujero legal por el que se pueden comprar setas mágicas legalmente en cualquier sex shop. En mis bolsillos llevo un fajo de billetes, mi pato y un ardor insoportable.
Me invitan a entrar unas muchachas vestidas con faldas cortas. No es un prostíbulo, es un club muy oscuro con escalera de caracol. Me siento en un cómodo sofá y saco mi pato para que vea lo que mis ojos ven, un techo transparente por el que unas adolescentes pasean para deleite de los clientes, gente de mediana edad en su mayoría, que babean o intentan camuflar sus deseos con un gesto que revela frustración sexual.
Pido más de beber. Una chica se sienta a mi lado e intenta comunicarse, cosa harto difícil en mi estado. Le llama la atención el patito, al que mira con codicia.
!Es mío, niñata estupida!– le grito llevándome por delante todo lo que hay sobre la mesa. Lanzo unos yenes al suelo y me voy.
Me meto en un sex shop donde encuentro todo tipo de películas. Esta lleno de chicas haciendo cosas inimaginables, chicos-chica jugando a las adivinanzas, otros disfrazados de robots dominan a una secretaria… Al buen tun tun cojo una película cualquiera, unos hongos alucinógenos y unas braguitas usadas, como recuerdo. También compro un pollito mimoso para que acompañe al pato.
Me como la bolsa entera de hongos y lo riego con sake. Casi vomito, pero obligo a mi cuerpo a aguantar; “venga Sergio, no seas niña, tú si qué sabes cómo montar una fiesta aunque sea sólo”, me digo. Tirito y siento mi cabeza más ligera, vuelo hasta lo más alto de la luz de una farola y planeo hasta mi cuerpo, dónde mis mejillas encendidas me dicen que ya estoy mejor.
Esta ciudad es increíble. Todos me sonríen y yo les devuelvo la sonrisa con mis mascotas en la mano. Algunos se hacen fotos conmigo. Sus caras de gatito me llenan de amor. No me dejan que ronronee con ellos, y se van enfadados, no se por qué. Camino con esta sonrisa maniaca dejándome llevar por los anuncios, la imágenes en pantallas ultraplanas, los sonidos de móviles y las veloces melodías infantiles.
Dos chicas vestidas de colegialas me invitan a entra en su club. Desaparezco con ellas por un pasillo estrecho mientras intento mirar bajo sus faldas. Abren la puerta y me encuentro en una habitación llena de posters de ídolos adolescentes que huele a perfume barato y dulzón. Lanzo una gran carcajada mientras cierro la puerta tras de mí.

Semos Ganado

Ya estoy listo para cenar , no sabia si había que arreglarse o no, así que por si acaso hice un esfuerzo ,planche la camisa negra y me puse mi corbata naranja (para romper la sobriedad del negro).
Mi pelo es muy lacio y fino, y no se puede hacer mucho con el, hace tiempo que lo he dado por imposible, pero siempre llevo un poco de gomina en mi necesario, por si surge la ocasión.
Me miro al espejo me afeito y me doy unas palmaditas en la papada mientras extiendo mi loción anti-estrés, irrita un poco, pero me gusta esa sensación entre ardiente y fresca. Luego me aplico un anti-ojeras que me quita la inflamación de parpados y que me da una mirada mas despierta.
Estoy listo para la cena. Al salir me encuentro con la ayudante del profesor, va delante mío guiándome.
Creo que me ha pillado mirándole las piernas, es un acto reflejo no me gusta especialmente, me pongo nervioso, ella me mira y se medio sonríe tapandose la boca. Sigo por el pasillo de moquetas gruesas, me entran ganas de quitarme los zapatos y sentirla en mis plantas.
La muchacha abre la puerta donde me espera el maestro, la habitación es un una mezcla entre el Japón tradicional y decoración de interiores de inspiración suiza.
El, al fondo de la sala espera callado. Una sombra cubre su rostro, no puedo leer su expresión. Me sudan las palmas y me las seco antes de extender mi mano.
La cena esta lista vamos a la mesa – me indica.
La comida es muy simple, decepcionantemente simple, una ensalada de entrada, una sopa de miso para acompañar y un filete con patatas fritas.
Espero que todo este a su gusto estimado amigo – Me dice sin quitarme los ojos de encima. Supongo que esto es lo mas cercano a una comida occidental y lo hacen por mi.
Todo esta delicioso, gracias. Que te parece el filete?- esta en su punto? – si me gusta que es? – Es una nueva variedad de animal de granja que hemos creado aquí, sabe a ternera ,pero en realidad es…- Me quedo con un pedazo de carne a medio mascar.
-Es pollo aternerado me dice muy serio, yo me quedo mirándole dejando caer mi mandíbula y el suelta una gran carcajada. Sus facciones se arrugan y sus ojos se rasgan aun mas mientras se da palmadas sobre la rodilla muy teatralmente, sin dejar de reírse como un loco. Yo también empiezo a reírme mientras masco lo que sea, de a poco mis sonrisa se convierte en risa y la risa en una carcajada tan grande como la de él y ambos llorando de la risa, señalándonos mutuamente. Pasados 5 minutos, después de varias recaídas conseguimos recobrar la compostura. Y lo primero que me dice es – No es broma, lo que has comido es vacunaceo, rico verdad? – si la textura de la carne es igual que la de vaca- Si pero tiene un 50% menos de grasa, es el “Filete Light”.
Los dos grandes de la carne están muy interesados, han perdido muchas ventas desde que la gente sabe lo que tiene que comer y esto les ayudaría a recuperar clientes.

Terminamos la comida bebimos saque caliente y fumamos un cigarrillo sin nicotina ni alquitrán -este es el futuro que imaginaron nuestro abuelos, digo para mi.
Vayamos a la terraza, el clima era muy agradable, me gusta sentir el fresco de la noche cuando el alcohol me mantiene caliente por dentro.
Ves todo esto?...- me señala ,mientras asiento, las granjas y el edificio en frente. - ...esto es el futuro, amigo mío.
No un futuro lleno de destrucciones y enfermedades, no un futuro donde el dinero este por encima del bien estar del ser humano. Donde nos hemos convertido en el ganado de
las empresas farmacéuticas, que deciden que enfermedad vamos a tener esta temporada otoño invierno que nos inoculan con enfermedades dependiendo del remanente de su stock.
Creo que con mis nuevos descubrimientos voy a conseguir equilibrar la balanza, comida que nos haga inmune a cualquier enfermedad, a precios razonables al alcance de todos.
Veos como sus ojos perdidos en su sueño de un mundo mejor, se que es un genio ,pero también se que las presiones del exterior le aplastarían como a un nuez bajo una apisonadora. Como si hubiese leído mis pensamiento me dice- Voy a conseguir que sean ellos los que decidan hacer el cambio, les voy a dar los beneficios a esos que están destruyendo el mundo, les voy a ofrecer un negocio tan bueno que van a abandonar sus trapicheos sucios de armas y petróleo.
Como? Simple, les voy hacer poderosos como dioses, les voy a dar el secreto de cómo se hizo el mundo y todo lo que en el habita.